El AIFA ha sido muy caro, si se considera el costo de cierre del NAIM, pero sobre todo no crea un hub competitivo. Es un aeropuerto local más, un capricho del presidente que los mexicanos tendremos que pagar.

Apoyándonos en datos duros: Texcoco iba a tener 120 posiciones, Santa Lucía tendrá 14. La décima parte. ¿Muy pequeñito? Como referencia quizá le sirva saber que Guadalajara tiene 12 posiciones fijas y 15 remotas y el aeropuerto de Atlanta tiene 195. ¿El precio? Texcoco iba a costar 150 mil millones de pesos, Santa Lucía lleva 80 mil, más los 100 mil que según el Presidente costó cancelar Texcoco (aunque la Auditoría dice que más).

En voz de los militares a cargo de la obra, si las condiciones lo permiten, en 10 o 15 años Santa Lucía podrá tener otras 14 posiciones y en 2042, 6 más. En conclusión: el Aeropuerto de la Ciudad de México hoy tiene el doble de lo que Santa Lucía jamás tendrá.

Además, Santa Lucía no resuelve el problema que originó la decisión de un nuevo aeropuerto, las cosas seguirán como hasta ahora y de paso, se canceló la oportunidad de convertir a México en el principal Hub de Latinoamérica, lo que a todas luces es un obstáculo para el desarrollo nacional.

¿Dónde estaba la corrupción?

Hasta hoy no ha quedado demostrado que el NAIM haya sido un nido de corrupción, ni que tuviese un costo desproporcionado -considerando que resultó ser siete veces más barato- lo que sí existe son las sospechas de corrupción en Santa Lucía, tanto en los recursos destinados para la cancelación, como lo demostró la ASF, como por los presuntos “moches” en la obra.

Santa Lucía nunca fue la mejor opción, engañaron, manipularon y fue carísimo aún así, ¿le sigues creyendo?

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