
Este escándalo sigue dando de qué hablar. Es imposible creer en las mentiras de la 4T, sobre todo porque se han encargado de mentir una y otra vez. A continuación, señalo las contradicciones en las que ha caído la familia presidencial y que organizaciones como Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad han investigado.
Mientras la nuera del presidente afirmó en su comunicado que había un contrato de arrendamiento, en el historial de renta de la casa gris a la cual tuvo acceso Mexicanos contra la Corrupción, esta renta no fue registrada en el sistema de Agentes de Bienes Raíces de Houston.
Ahora bien, según el contrato publicado por un medio de comunicación nacional, la relación contractual duró del 16 de agosto de 2019 al 31 de julio de 2020, sin embargo, en el sistema de Agentes de Bienes Raíces de Houston, la casa estuvo fuera del mercado desde el 24 de julio de 2019 y terminó la relación con el cliente el 14 de diciembre del mismo año.
Sin duda algo no concuerda en el histórico de fechas que presenta la familia del presidente. Están desesperados en justificar la corrupción y la relación con una de las cinco grandes empresas contratistas de Pemex.
La declaración de la familia presidencial es una amenaza al más puro estilo del viejo régimen en contra del periodismo. Donde se usaban figuras como la calumnia y la difamación, figuras que ya están derogadas en el Código Penal Federal, porque se usaban para silenciar a quienes incomodaban al gobierno.
Desde aquí le decimos a la familia presidencial que no trate de desviar la realidad. La realidad es que vivían en la casa de un alto directivo de una empresa que se beneficia con contratos de Pemex. Esa es la realidad.
Publicado en Expansión