
Mucho alboroto por una boda dicen algunos. Desde que el año pasado evidenciaron su romance a través de mensajes mutuos en Twitter, Santiago y Carla sabían a lo que se enfrentaban, no son adolescente y sí personas muy públicas, en cargos estratégicos para la política actual, una en el INE y el otro, en el gobierno que quiere desaparecer ese órgano electoral.
Vaya complicada vida que se les avecina a los recién casados, que han empezado con el pie izquierdo, gracias a la impericia de sus invitados, ¿Si ya saben cómo son de ostentosos para que los invitan?
Nieto y Humphrey no tiene la culpa de las anécdotas que les acompañarán siempre. Y todo por la indiscreción de Paola Félix, ex secretaria de turismos de la CDMX que viajó en avión privado junto con el director de un periódico (visto como enemigo en Palacio Nacional) que ya se quedó sin chamba y un maletín con casi medio millón de pesos, para gastos personales que ahora tienen que justificar y no frente a la Unidad de Inteligencia Financiera, sino ante la opinión pública que ya no le cree en la clase política.
No hagas cosas malas que parezcan malas, escribieron por ahí en los largos hilos de conversación pública a raíz de la boda del año, que quizás si se hubiese realizado en México ni cuenta nos habríamos dado, pero resulta que la pareja de enamorados decido emigrar, intentando escapar de los paparazzi, pero fue en vano.
Ante este ostentoso hecho, el presidente citó que es “un asunto escandaloso” aunque se trató de un evento privado con “mucho derroche” y aprovechó para llamar a los servidores públicos a conducirse en la “justa medianía”, pero es como un llamado a misa, porque los que no fueron a la boda, se fueron al Gran Premio de la Formula 1, un deporte “fifí”, dijeron antes.
Las benditas redes sociales clamaban por la renuncia al cargo de alguno de los dos contrayentes y el Presidente las escuchó: ayer por la noche Santiago Nieto presentó su renuncia y en su lugar quedó el dinosaurio de la izquierda, Pablo Gómez.
Pero el culebrón dará para más, apenas en abril el panista Roberto Gil, ex esposo de Carla Humphrey pedía la renuncia de Santiago Nieto, por supuestas falsas filtraciones de un procedimiento administrativo en su contra, en tanto que, en julio del año pasado, la ahora esposa del fiscal, acusó al ex senador de violencia política. Casos de la vida real.
Finalmente, nadie experimenta en cabeza ajena, los eventos de la élite política del partido que sea, en tiempos de pandemia, de cólera, de confrontaciones o elecciones, son todos iguales, pero en esta gente siempre prevalece la necesidad presumir la ostentación, el poder o quizás el amor en algunos remotos casos.
POR GUADALUPE ESCOBEDO CONDE.