El acelerado ritmo evolutivo de las tecnologías digitales le está proporcionando nuevas armas a la delincuencia organizada. En contraparte, las autoridades en México han quedado rebasadas al no poder ejercer sus atribuciones en el mundo virtual para proteger a cada vez un mayor número de usuarios afectados. Hoy una nueva forma de extorsión asola a millones de internautas que, por necesidad, caen en el engaño y son víctimas de un verdadero terrorismo.
Sí, los criminales han encontrado un nicho de oportunidad para diversificar la manera en que cometen sus delitos, gracias a las carencias y preocupaciones de la gente por conseguir dinero que resuelva o atenúe en algo la difícil situación económica que hoy por hoy vivimos en este país. Las personas, para obtener dinero de manera fácil y rápida, están descargando aplicaciones digitales que se promocionan en redes sociales sin control alguno.
Se trata de «apps» de préstamos inmediatos que ofrecen créditos pequeños con el engañoso atractivo de no requerir revisión del Buró de Crédito del usuario, además de otros trámites simples con el gancho también de la inmediatez en la entrega del efectivo. No obstante, el calvario comienza cuando la deuda se torna impagable y entonces inicia la extorsión.
Como bola de nieve el problema avanza in crescendo, pues el dinero y las altas tasas de interés no son el único problema, ya que, a través de la aplicación, toda la información como archivos, contactos y datos personales de los usuarios son sustraídos y utilizados en su contra para intimidarlos; para amenazarlos incluida hasta su propia familia.
Ciberdelincuentes con posibles nexos a grupos criminales de mayor escala en nuestro país, mediante estas fraudulentas aplicaciones, obtienen desde tu dirección privada y la de tu trabajo, hasta información oficial como la de tu CURP y RFC. Lamentablemente es difícil escapar, pues desinstalar las apps no resuelve nada. Los criminales tienen acceso directo y total de tu equipo móvil y cualquier otro dispositivo que haya sido vinculado.
Ante la magnitud de esta problemática, la capacidad de acción de policías y unidades cibernéticas son bastante limitadas y se circunscriben a lo que denominan patrullaje del entorno cibernético. Estas áreas parecen ser más de un orden burocrático, de las del tipo que inflan innecesariamente las nóminas de los gobiernos a cambio de nulos o muy bajos resultados. En el mejor de los casos, se remiten a la emisión de recomendaciones a no caer en este tipo de fraude.
Por otro lado las instituciones creadas para el control de los servicios financieros y la defensa de los usuarios, para el caso no difieren. Por ejemplo, si buscas obtener un crédito a través de internet, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros simplemente orienta sobre algunas características de los créditos ofertados en la web. El usuario debe tomar en cuenta que, ante esto, la Condusef no tiene facultades para atender reclamaciones.
Así, de manera alarmante, una imparable andanada de usuarios indefensos se precipita en una inútil ola de denuncias que no encuentran eco favorable en la autoridad. Millones de personas asiduas a la descarga de este tipo de aplicaciones para acceder a pequeños préstamos, con el menor atraso han encontrado un verdadero némesis que acabó con su privacidad, con amistades y hasta con sus propios empleos.
En entrevista, Jesús Chávez Ugalde, director de Análisis y Estadísticas de Servicios y Productos Financieros de la Condusef, reconoció que, aunque ha crecido este problema de robo de datos o extorsiones en apps de préstamo, la Condusef no puede actuar de forma directa en contra de estas aplicaciones porque muchas no están legalmente constituidas, pero indicó que lo que sí pueden hacer es orientar a la población a identificar y a emitir recomendaciones para solicitar estos créditos.
«Sí se ha convertido en un problema, este tipo de apps o páginas apócrifas vía internet o también correos electrónicos donde te solicitan información y que este tipo de herramienta o medio en algunos casos no tiene otra finalidad que sacarte información para poder robar tus ahorros, dinero, hacer una transferencia electrónica no reconocida o hacerte un cargo vía internet no reconocido, es decir van a sacarte la información y por el otro lado, hay otras que trabajan un poco de diferente manera, también te van a sacar la información pero te van a ofrecer un crédito con características increíblemente sencillas y que tiene como consecuencia que pierdas una cantidad que te solicitan desde un inicio», comentó.