Tras un par de meses de ligera calma, la situación en Guerrero se le fue nuevamente de las manos a las autoridades y es que ante la velocidad de contagios de Covid-19 en esta tercera ola, el gobernador Héctor Astudillo Flores reveló que el estado se encuentra en un punto muy crítico y que podría pasar al semáforo epidemiológico color rojo el próximo viernes.

Ante la gravedad del problema, informo que se requerirá de la ayuda de la Federación para reforzar la hospitalización y otras medidas sanitarias que hoy a nivel local se encuentran rebasadas.

“Estamos a un punto de pasar al rojo, pero vamos a esperar el informe que va llegar el viernes para ver como viene, pero en el desenvolvimiento (sic) que se tiene lamentablemente es casi seguro volver al color rojo en muy poco tiempo” , aseguró el mandatario.

El gobernador Astudillo tambien reconoció que se relajaron las medidas y que no estában preparados para está tercera ola.

“Se tiene que hacer una serie de refuerzos, pero estoy convencido de que se va a requerir de la ayuda de la Federación”, precisó.

Astudillo Flores también señalo que se están volviendo a ampliar algunos hospitales y en el caso de Chilpancingo se contó con ayuda de la Secretaría de la Defensa Nacional y se abrió otro hospital que ya está cerrado como el de Chilapa y en el caso de Acapulco se han estado ampliando camas.

Ahora, las dos preguntas que nos hacemos son: ¿Por qué se relajaron tanto las medidas y quienes son los culpables? y ¿por qué el secretario de salud al que se le conoce como el Gallazo (Carlos de la Peña Pintos) continúa en su puesto, cuando está clarísimo que ha fracasado rotundamente en combatir con éxito la pandemia del Covid-19.