Por Luis Cuesta P.

Es obvio que el Presidente Andrés Manuel López Obrador busca entre sus más cercanos allegados, personajes impresentables y sumisos que le aplaudan todas sus ocurrencias como lo hacen Mario Delgado, López Gatell o Félix Salgado, y que tienen mareado, ciego y endiosado al Presidente.

Pero no todos se alinearon ni se se sometieron a sus ocurrencias.

De la Doctora Irma Erendira Sandoval se podrán decir muchas cosas en estos momentos tras su abrupta salida del gabinete presidencial, pero nadie le podrá decir sumisa. Irma no se alineó y defendió con honestidad la candidatura de su hermano en Guerrero ya que era ilógico para todos, así como un riesgo para la cuarta transformación y la izquierda guerrerense postular a un candidato sin escrúpulos acusado de violación como Félix Salgado. Pero López Obrador se encapricho con Félix y la tomo de manera personal contra Irma Erendira.

El desenlace de la trama ya todos la conocemos: Irma Erendira se fue y AMLO se quedó con aquellos aplaudidores que en tan solo tres años han hecho que cada vez más mexicanos estén dándole la espalda a la cuarta transformación en todos los sectores de la sociedad.

Equivocadamente Lopez Obrador ha borrado de su gracia a una familia de luchadores sociales que en Guerrero fue clave para darle la victoria en el 2018 y que además lo ayudaron a cimentar su partido en esa región en tiempos duros y difíciles, cuando nadie de los oportunistas -que hoy le aplauden a rabiar- creían en su movimiento de regenaracion nacional.

Pero la lucha no ha terminado para los Sandoval, ya que Pablo Amílcar desde su tribuna en el Congreso será el encargado de continuar con el enorme legado de su padre y de la verdadera izquierda guerrerense.

Al tiempo.

Es lo que digo yo.

Twitter @LuisCuesta_