El nepotismo de Félix y los apuros de Morena Por Salvador García Soto.
Hasta la noche de ayer, el partido oficial se debatía entre legitimar una práctica que tanto desprecia y rechaza el presidente López Obrador y que incluso asegura que ya no existe en su gobierno: el nepotismo. Y es que mientras Félix Salgado Macedonio insistía en que su hija, Evelyn Salgado Pineda, fuera nombrada la candidata sustituta en Guerrero, Mario Delgado intentaba evitar la imposición familiar con la propuesta de dar paso a otra candidata a gobernadora, la exsecretaria de Desarrollo Social guerrerense, Beatriz Mojica Morga. El jaloneo interno se puso tan intenso ante la presión de Félix por postular a su hija, que Mario Delgado y la Comisión de Elecciones de Morena decidieron posponer la decisión en Guerrero, prevista para anunciarse ayer a las 8 de la noche, para dentro de 48 horas.
Mario propuso desde el principio que la candidata sustituta de Guerrero fuera Beatriz Mojica, aspirante que compitió con Salgado, exdiputada federal y exsecretaria de Desarrollo Social de Guerrero. “Una candidata como ella sería la opción para el partido por experiencia y por temas de género”, argumentaba Delgado, contra la insistencia, casi necedad de Salgado, de que fuera su hija y nadie más quien lo sustituyera, con lo cual él, además de ser el coordinador de campaña, sería también el gobernador de facto en caso de que Evelyn Salgado ganara la elección de junio próximo.
La división y el jaloneo no ocurrió solo en la reunión de anoche en la Comisión de Elecciones; en el mismo gobierno de la 4T se dividieron sobre quién debe entrar a la sustitución en Guerrero. Había un grupo que decía que “Félix tiene derecho a decidir y si quiere que sea su hija, debe serlo”, y otros secretarios federales que cuestionaban lo que consideraban un acto de nepotismo que resultaría incongruente para el partido y para el gobierno. Mientras tanto otros secretarios del gabinete lopezobradorista se oponían a la candidatura de Beatriz Mojica, bajo el argumento de que “es muy perredista”, por haber sido, como la mayoría de los integrantes actuales de Morena, militante y secretaria General del PRD, donde además fue parte del grupo de “Los Chuchos”, enemigos acérrimos de López Obrador.
El problema para Mario Delgado es que aceptar la postulación de Evelyn Salgado abriría un frente de críticas y descalificaciones contra la 4T y el presidente López Obrador, que en varias ocasiones en lo que va de su gobierno, ha reiterado que el “nepotismo, amiguismo, compadrazgo e influyentismo, son de las peores lacras políticas del antiguo régimen” y que ya no existen en su gobierno. “No acepto, bajo ninguna circunstancia, que miembros de mi familia hagan gestiones, trámites o lleven a cabo negocios con el gobierno en su beneficio o favor de sus ‘recomendados’. Esto incluye a mi esposa, hijos, hermanos, hermana, primos, tíos, cuñados, nueras, concuños y demás miembros de mi familia cercana o distante”, declaró el Presidente el 13 de junio de 2019.
¿Cómo entonces explicarían López Obrador y su partido postular a la hija de un candidato como sustituta de su propio padre? Ese dilema ético y moral es lo que impidió anoche que Félix Salgado concretara la intención de hacer candidata a Evelyn Salgado, como había afirmado la noche del martes cuando, desde Chilpancingo, amenazaba con que “ya no vamos a ser uno, vamos a ser dos” en la boleta electoral y decía que “a todos los que festejaban y andaban en la borrachera porque nos anularon el registro, les va a dar una cruda, cuando se enteren del plan. Porque hay toro y va a haber toro”. El capricho nepotista de Salgado lo complicó todo. En varias ocasiones, según fuentes internas de Morena, Mario Delgado tuvo que salir de la reunión en la que participaban los dos candidatos y hacer llamadas a Palacio Nacional para tratar de saber si el Presidente aceptaba o no la postulación de Evelyn Salgado.
Pero el “plan” familiar de Salgado fue frenado, al menos por ahora, en el CEN morenista, donde lo único que acordaron fue que Félix será el presidente estatal de su partido en Guerrero y desde ahí coordinará la campaña de quien sea su sustituto o sustituta en la candidatura. Y mientras el tema de Guerrero se posponía, lo que sí logró resolver anoche la Comisión Nacional de Elecciones fue que Alfredo Ramírez Bedolla, hasta ahora líder del Congreso local de Michoacán, será el nuevo candidato de Morena al gobierno de ese estado. Ramírez Bedolla fue impulsado por Raúl Morón, quien también se convertirá en dirigente estatal y coordinador de la campaña morenista. A diferencia de Félix Salgado y su capricho nepotista, Morón adoptó una posición mucho más congruente y flexible y desde ayer por la mañana, en conferencia de prensa, les respondió a los reporteros que él no pensaba postular a su hijo Raúl Morón como candidato. “Mi hijo no será candidato, yo nunca aceptaría ni propondría algo así”, dijo el michoacano.
Para colmo del apurado Mario Delgado, según fuentes morenistas, fue el propio López Obrador quien definió que, ante la decisión mayoritaria de los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, de cancelarles definitivamente el registro, fueran los mismos Félix Salgado y Raúl Morón quienes propusieran quién querían que fuera su sustituto o sustituta en la candidatura. Y Félix, que tiene más colmillos que cuernos y que además ha sido defendido a capa y espada por el propio Presidente, se aprovechó de esa instrucción de Palacio Nacional para tratar de imponer forzosamente a su hija, algo que contradice totalmente el discurso lopezobradorista en contra del nepotismo.
Veremos cómo resuelven en Morena y en la 4T este “galimatías” en que se encuentran, donde por un lado está un toro que, aun con la estocada que le puso el Tribunal, aún resopla y quiere venganza imponiendo su apellido y su descendencia en el gobierno de Guerrero, y por otro lado está el discurso de López Obrador que condena el nepotismo y afirma que, como muchas otras “lacras políticas del pasado”, ya desapareció de su gobierno. ¿Será que los compromisos para que Félix Salgado controle el gobierno guerrerense, donde operan varios grupos del narcotráfico, son de tal tamaño que, “haiga sido como haiga sido”, impondrán el apellido Salgado en el Palacio de Gobierno de Chilpancingo? No sería la primera vez que el Presidente se tenga que morder la lengua por incongruencias entre sus dichos y sus hechos.
Publicado en El Universal.