Por Luis Cuesta.

Posiblemente, estamos viviendo uno de los tiempos más convulsos de la historia de la política en México. La emergencia sanitaria, que ha tenido un coste humano y económico inmenso, es solo una pequeña parte de lo que queda por venir si Morena gana las elecciones en el país. Es muy significativo que, en el mundo intelectual, desde posturas conservadoras hasta posturas mucho más de izquierdas, pasando por los “conservadores” estén de acuerdo en señalar que si Morena vuelve a ganar en México puede ser el final de la democracia. No hay duda. 

Los últimos movimientos del presidente AMLO, en el sistema judicial o sus declaraciones sembrando la duda sobre la fiabilidad del resultado electoral, sólo se pueden entender partiendo del miedo que siente de perder su fuerza en el Congreso, algo que sería el fin de su presidencia. 

Desgraciadamente el “producto AMLO” no ha sido un azar del destino. Él no está sólo. Tiene a una camada de buitres en su partido que respaldan sus disparates y sus avenencias. Porque la amenaza no es solo AMLO, sino Morena y sus seguidores.

Tenemos que frenar al costo que sea el populismo y el próximo seis de junio es la fecha perfecta para propiciarlo con una derrota contundente al partido de Presidente, algo que ademas sería un jarro de agua fría a esta nueva oleada de partidos reaccionarios que giran alrededor de Morena. 

La crisis económica, la inseguridad y todos los problemas de desigualdad que vivimos en México sólo pueden ser resueltos si de verdad hay una transformación democrática que cambie el modelo productivo y que construya nuevos puentes entre todos los mexicanos para salir de una de las mayores crisis que ha vivido nuestro país. Pero si gana Morena esto será imposible…

Es por esta razón que tenemos la obligación moral de evitar a toda costa el triunfo de Morena e informar a todos nuestros conocidos que aún no están bien inforados sobre este tema, del peligro inminente que representa esta gente para México y hacer énfasis en mal trabajo que están haciendo a nivel Federal y local.

A estas alturas está clarisimo que el presidente Andrés Manuel López Obrador tan sólo quería el poder por el poder mismo y ser un político con una desmedida ambición de poder, que busca un retroceso a la época de los presidentes Díaz Ordaz, Echeverría o López Portillo, o pero aún, al primer periodo de Hugo Chávez en Venezuela.

Una cosa si le puedo garantizar para que estemos todos preparados para lo que sseguirá una vez que los derrotemos en las urnas: Si Morena se lleva otro revés en las próximas elecciónes, AMLO se va a poner muy nervioso y el nivel de tensiones en su gobierno va a aumentar; va a dar más patadas de ahogado, va a haber más agresividad, va a utilizar los instrumentos poderosos que tiene el presidencialismo para aplastar a la oposición, a los críticos, etcétera. 

Tambien va a aumentar la presión porque es muy posible que, al año siguiente, se convoque a un plebiscito, que implica la posibilidad de revocación del presidente. Eso va a alterar mucho el ambiente político, lo va a polarizar, lo va a envenenar. Si después de las elecciones realmente la oposición avanza, veo un futuro de muchas tensiones. Y si no avanza, va a seguir sucediendo lo que hemos visto en estos dos años y pico: una imposición cada vez mayor del poder autocrático del presidente. Y esto es lo que tenemos que evitar a toda costa. 

Morena es un peligro real para México y por eso tendremos que frenarlo el próximo seis de junio al precio que sea. Nos estamos jugando el futuro de nuestros hijos y de nuestro país.

Es lo que digo yo.

Twitter @LuisCuesta_