Diestros en el arte de enmascararse y desviar la atención de la naturaleza real de los problemas, los cerebros de Morena hallaron una forma de echar a la cuneta al avejentado boyancón cuya honestidad estaba a prueba en la competencia por el gobierno de Guerrero, sin aclarar los motivos de tan singulares soluciones  y precisando cómo las acusaciones en su contra son vagas, imprecisas e insuficientes para retirarle sus derechos políticos, con lo cual aciertan, pero no se le retira un derecho; se le quita una candidatura.

Ya se verá después cómo arreglan el papeleo pues el verriondo bovino cuya única reacción a tan original forma de mandarlo al rancho de su jefe, fue decir, ¡hay toro, hay toro!, ya gozaba de las circunstancias del registro. Pero todo ser resolverá en su momento.

Lo único indeleble ahora son dos cosas: las protestas femeninas en contra del abusivo violador de cavernícola conducta, (y masculinas también) y las grotescas defensas esgrimidas de la cima a la base por los empecinados “morenistas”, del presidente para abajo, quienes hicieron toda suerte de maromas para evitar lo inevitable: retirar la candidatura, pues esa es en realidad la convocatoria a “reponer el procedimiento de evaluación de perfiles”.

Con decir, a ver a quien ponemos, habría sido suficiente.

Para eso convocaron a las comisiones Nacionales de Encuestas (una) y de Elecciones (otra) para reponer “el procedimiento de evaluación de perfiles” y sacarse de las manos la papa caliente del más caliente aún, senador de la República, licenciado del cargo y licencioso de trayectoria, para vergüenza de la Alta Cámara.

Para el futuro del taurino senador, algunos proponen una compensación burocrática, quizá en un cargo de nuevo cuño: lo podrían hacer gobernador de las Islas Marías, donde seguramente en las noches de las podría escuchar el canto de las sirenas, siempre y cuando las mitológicas criaturas no se acerquen demasiado a la orilla, no vaya a ser.

“Derivado del procedimiento de oficio, iniciado por esta comisión (de Honestidad y Justicia) en contra del C.J. Félix Salgado Macedonio, y una vez cumplidas todas las etapas del procedimiento, y habiendo el análisis exhaustivo de las pruebas este órgano jurisdiccional intrapartidario resuelve –por unanimidad de votos–, instruir a las comisiones Nacional de Elecciones y Nacional de Encuestas, la reposición del procedimiento de evaluación de perfiles para la selección de candidata (primero las damas) o candidato a la gubernatura (gobierno) del estado de Guerrero.”

Conste, dice la comisión de Honorabilidad de Morena (otro oxímoron), nosotros iniciamos el procedimiento en contra del vacuno, ¿eh? Nosotros solitos.

No dicen los motivos, soslayan las quejas femeninas, hacen como si les hablara la virgen (cosa rara porque no habría quedado así de haberla visto el indiciado), y  sin darle pie ni siquiera a la presentación de los motivos de tan “espontánea” cuanto innecesaria exhaustividad, para la cual ni siquiera fueron capaces de escuchar a las víctimas de la lascivia ungulada, cuya exposición se quedó en manos de los medios y lejos del órgano jurisdiccional intrapartidario (el único órgano al parecer no usado en toda esta historia), cuya capacidad eufemística para taparle –ahora sí—el ojo al macho machista, patriarcal, falocrático e impune, ya no sorprende por cínica e insuficiente.

La única pregunta es si se repone el procedimiento o se repone a quien provino de ese viciado mecanismo de simulación, pues ya se sabe, en Morena –como en la Patria— todo se escribe por el dedo de Dios y las encuestas reflejan el deseo presidencial; no al contrario. Cada quien su diosecito.

Revisar el “perfil” (vaya expresión tan propia de “head hunters”) resulta ocioso en el caso de este urente cornúpeta, porque no hacia falta el cúmulo de expedientes por agravios sexuales y delitos contra varias mujeres (todas, obviamente y según la prédica palaciega, al servicio de la reacción y los adversarios del progreso nacional), para saber cuál es la fama pública del etílico burel sin templanza.

Por Rafael Cardona.