Ante la inevitable llegada de UBER la mafia de transportistas de distintos sitios de taxis en Acapulco -que durante años han dado un servicio lastimoso y asqueroso por no decir algo peor- resulta que acusan a las compañías Uber y DiDi de ser competencia desleal y cómo no ¡Si para estos inútiles hasta una bicicleta de lujo es competencia!

Ante los rumores los inconformes advirtieron que no permitirán que estos servicios operen en Acapulco e incluso amenazaron con tomar medidas radicales como incendiar vehículos, nada más para que cheque usted la clase de lacras y delincuentes que tenemos en el transporte público.

Porque la verdad es que estos tipos no son más que una bola de lacrosos que tarde o temprano tendrán que doblar las corvas ante lo inevitable y posteriormente tirar sus mugrosos vochos a la basura, porque ya no podrán competir ni contra una bicleta, por esto están temblando.

Y ya podrán colocar sus vehículos en doble sentido los diez mil choferes que supuestamente se verán afectados con la llegada de UBER, pero con todo y todo, van a doblegarse ante la tecnología y servicio que proporcionarán las nuevas compañías.

“Si no van a meter a esas aplicaciones, que nos digan y nosotros lo resolvemos. Vamos a quemar esas unidades, si la vemos trabajando en esta zona”, amagó un homosapiens que se dice líder de la Federación de Transportistas del estado de Guerrero (Fetrag), Francisco Morales Emiliano.

¿De verdad existe una Federación que regula y ve por el bien de estos señores?

Mientras que el dirigente transportista César Olea Santos denunció que el transporte público está saturado ( y aquí si le damos la razón, pero de la basura de sus unidades) como para que lleguen otras compañías a trabajar en sus plazas e insistió en que los transportistas están organizados para no permitir que operen Uber y DiDi.

Pero desgraciadamente para la ciudadanía, esto no va a pasar, no mientras Héctor Astudillo aún sea el gobernador, ya que para tomar una decisión de este nivel ase necesitan pantalones y en los casi cinco años en que nos ha gobernado Astudillo, ya nos ha quedado muy claro que al góber le falta un par…de pantalones.

Así que no se preocupen mandriles y anexos del transporte público acapulqueño, ya que el gobierno estatal aún no ha dado ningún permiso para que entren estas aplicaciones.

Lo que es también una triste realidad es que Héctor Astudillo nunca quiso, ni pudo mejorar las condiciones turísticas del puerto de Acapulco, ya que si lo hubiera intentando no tendríamos la mierda actual de sistema de transporte público. Y ojo, el Acabus lejos de ser algo benéfico es un reverendo fracaso, porque al tibio gobernador le temblaron las piernas para retirar algunos de los camiones azules chatarra que aún circulan por todo el puerto.

Así que no se preocupen porqué Astudillo y su partido necesitan sus votos y solo los está mareando con la llegada de UBER para verlos bailar a su son, cómo buenos mandrilitos.

¡Abur!

Twittee @TiempoGro