Recientemente el periodista Joaquín López Dóriga ha emprendido una campaña muy ruin en contra del gobierno de Acapulco, orquestada por los priistas René Juárez Cisneros, Manuel Añorve y subsidiada por el gobierno de Héctor Astudillo. Esta campaña tiene como objetivo debilitar al gobierno de Adela Román Ocampo, así como a los posibles candidatos al gobierno del estado por el partido Morena.
Nada nuevo en realidad, tomando en cuenta qué López Dóriga es y será siempre un periodista corrupto, así como tampoco nos sorprende que utilice en esta ocasión al periodista Rubén Cortés cómo dardo de sus ataques, porque en eso de tirar la piedra y esconder la mano, López Dóriga es un maestro. Pero eso es algo que ya lo sabe todo México, así que sus ataques contra el gobierno de Acapulco son contraproducentes para sus patrocinadores, ya que lejos de sumarles bonos, les restan.
No hay que olvidar que la gente toma las cosas siempre de quien vienen y cuando vienen de un periodista tan sucio y desprestigiado como López Dóriga, el efecto siempre será inverso.
Los tiempos han cambiado, lo malo es que Héctor Astudillo, René Juárez y compañía no los han sabido leer.